Al igual que todos los años las cero horas del 25 de Diciembre nos abre las puertas del recogimiento y la meditación.
De este modo el Espíritu Navideño pletórico de buenas nuevas, renueva nuestras esperanzas de paz y prosperidad. Simultáneamente y por unanimidad estalla la algarabía y un concierto sonoro nos envuelve haciéndonos acreedores de un inefable placer auditivo.
A tal extremo llega nuestra felicidad por acariciar nuestros oídos sonidos tan armoniosos que hasta llegué a sentir culpa por no retribuir como es debido a nuestros hacedores.
A cuento de ello me propuse aguzar mi ingenio y después de gran esfuerzo surgió la idea buscada.
Descubrí un lugar privilegiado en donde los fabricantes, los vendedores y los usuarios puedan de ahora en adelante hacer sonar sus timbales aprovechando a pleno ese espacio como caja de resonancia.
Ese lugar se encuentra exactamente entre LOS TESTICULOS Y EL ORIFICIO DEL ANO.
Demás está decir que no me considero vanidoso al no esperar reconocimiento alguno por el hallazgo, me siento sobradamente privilegiado sabiendo el placer del goce que experimentarán si ponen en práctica mi humilde sugerencia y eso será para mi suficiente pago a mi esfuerzo.
¡FELIZ AÑO NUEVO!
De este modo el Espíritu Navideño pletórico de buenas nuevas, renueva nuestras esperanzas de paz y prosperidad. Simultáneamente y por unanimidad estalla la algarabía y un concierto sonoro nos envuelve haciéndonos acreedores de un inefable placer auditivo.
A tal extremo llega nuestra felicidad por acariciar nuestros oídos sonidos tan armoniosos que hasta llegué a sentir culpa por no retribuir como es debido a nuestros hacedores.
A cuento de ello me propuse aguzar mi ingenio y después de gran esfuerzo surgió la idea buscada.
Descubrí un lugar privilegiado en donde los fabricantes, los vendedores y los usuarios puedan de ahora en adelante hacer sonar sus timbales aprovechando a pleno ese espacio como caja de resonancia.
Ese lugar se encuentra exactamente entre LOS TESTICULOS Y EL ORIFICIO DEL ANO.
Demás está decir que no me considero vanidoso al no esperar reconocimiento alguno por el hallazgo, me siento sobradamente privilegiado sabiendo el placer del goce que experimentarán si ponen en práctica mi humilde sugerencia y eso será para mi suficiente pago a mi esfuerzo.
¡FELIZ AÑO NUEVO!
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